Miguel Ángel Mesón

Blog sobre redes sociales, comunicación y periodismo

Errores que el periodismo no puede cometer

Errores que el periodismo no puede cometer

De todos es sabida la crisis que atraviesa el periodismo desde hace unos años y que hemos tratado en este blog más de un vez, como en esta entrevista con José Manuel Velasco. Por si esto fuera poco, ciertos errores cometidos últimamente por reputados medios de comunicación no hacen sino poner más piedras en el camino, dificultando que el periodismo alcance una situación de prosperidad y estabilidad que todos deseamos.

Me estoy refiriendo sobre todo, ya os habréis podido hacer una idea, al caso Nadia, que a finales del año pasado puso en tela de juicio la labor del diario El Mundo y de no pocos programas de televisión.

Pensando en ello, no he podido dejar de acordarme de lo sucedido en otro gran periódico, The Washington Post, cuando en los años ochenta publicó un reportaje sobre un niño de ocho años adicto a la heroína que la valió el premio Pulitzer a su escritora y que resultó ser falso. Este caso sacó además los colores a todo un referente del periodismo, Bob Woodward, famoso por destapar el Watergate junto a su compañero Carl Bernstein.

Son muchos los errores que se concentran en ambos casos, partiendo de uno básico: un periodista nunca debe publicar algo que no haya contrastado por mucho que le emocione, por mucho que la historia sea atractiva. Si no contrasta la información, ¿en qué queda el papel del periodista? ¿En mero transmisor de historias que toquen la fibra sensible de la gente?

Y este error tan fundamental no sólo lo hemos visto aquí, es desgraciadamente bastante frecuente: en los atentados de París de hace poco más de un año, ¿cuántos medios de comunicación se hicieron eco de supuestas “noticias” publicadas en redes sociales por personas que decían estar allí y que resultaron ser falsas? Por favor, un poco de seriedad y de respeto a la profesión periodística.

¿Vale todo con tal de vender? ¿Vale todo con tal de ser los primeros en dar la noticia? Desde luego no debería ser así.

Pero la responsabilidad no acaba en el periodista que escribe, sigue en la labor de editores y directores que han permitido que algo falso pero emocionante vea la luz. ¿Por qué permitieron su publicación? ¿Por qué nadie exigió pruebas de ciertas partes de la historia claramente sospechosas? Resulta cuanto menos sorprendente que en medios consolidados, con buenos profesionales, cosas así pasen hoy en día. Pero es así, y el daño al periodismo es enorme.

Como lo es el cambio experimentado en muchos medios con respecto a las redes sociales y esa nueva forma de publicar buscando únicamente el clic fácil, sin aportar nada de información, abusando de nuevas técnicas de escritura que se centran en que la gente haga clic, aunque luego la información no merezca la pena. Desde luego, ese no es el camino para sacar el máximo provecho al entorno online.

Os dejo con el polémico artículo de El Mundo, para que saquéis vuestras propias conclusiones.

El que escribe, 

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